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Introducción

La Península Ibérica se encuentra en una encrucijada de zonas climáticas (Atlántica, Mediterránea, Norteafricana) que repercuten en todos los aspectos de la estructura y funcionamiento de sus ecosistemas. Esta misma naturaleza de zona de transición entre unidades funcionales desde el punto de vista climático y biogeográfico, hace que la Península Ibérica sea una de las zonas más susceptibles de experimentar variaciones en los ecosistemas, como consecuencia de los cambios previstos en el clima. La investigación de la variación climática y sus consecuencias sobre los sistemas biogeoquímicos de la Península Ibérica ha de ser, por tanto, una prioridad dentro de los esfuerzos de investigación en España.

Las observaciones a largo plazo son imprescindibles como soporte sobre el cuál interpretar resultados experimentales y analizar el comportamiento de modelos, a la vez que formular y comprobar hipótesis concretas sobre los efectos del cambio global. De ahí deriva la imperativa necesidad de la puesta en marcha de la Red Española De Observaciones Temporales de Ecosistemas, REDOTE.
 

EJEMPLOS QUE ILUSTRAN LA NECESIDAD DE SERIES TEMPORALES LARGAS
Oscilaciones en la temperatura del mes de Mayo y éxito reproductor del papamoscas cerrojillo en la Sierra de Guadarrama (Segovia) durante los últimos 20 años del siglo XX. A pesar de la gran variación interanual, la tendencia hacia un aumento de la temperatura y una disminución del éxito reproductor resultó significativa (extraído de Sanz, J. J., J. Potti, J. Moreno, S. Merino y O. Frias. 2003. Climate change and fitness components of a migratory bird breeding in the Mediterranean region. Global Change Biology 9: 1-12).

 

 
 
Anomalías en la temperatura del mar en el hemisferio norte durante el periodo 1860-2000 (extraído de la Agencia Europea de Medio Ambiente ( EEA). 2004. Impacts of Europe's changing climate. European Environment Agency, EEA Report No 2/2004., Copenhaguen).
Última actualización Octubre 2006